vendredi, octobre 09, 2009

Mendoza y la Arquitectura de la Información.

 

espejito_dime 10 años. Mi primer viaje a Argentina. Mi papá. Alfonsín y una enorme librería son los antecedentes para lo que hago hoy. ¿Cómo todo eso se mezcla y a título de qué viene esto? aquí la historia.

Cuando cumplí 10 años, ya como era “grande” puesto que pasaba a una edad de dos dígitos, mi papá decidió hacerme un regalo a “la altura”, un viaje al extranjero. Y me invitó a Mendoza a conocer a la parte argentina de mi familia (mi abuela, la mamá de mi papá era rusa de sangre por todos lados, pero nacida en Argentina).

Eso se unía a la pregunta “¿papá, qué es democracia”? que yo le había hecho, y él, un republicano de tomo y lomo, no podía soportar que su hija querida no supiera algo tan básico. Entonces decidió mostrarme ese estilo de gobierno: la elección de Raúl Alfonsín, primer presidente democrático luego de la dictadura.

Como todo en Argentina, era así grandilocuente, y los tíos hablaban de fulano y sutano. Y que los no sé cuánto que los parió y que el gobierno ahora… y tal… Pero en medio de toda esa propaganda, igual fuimos a un asado al Carrisal. Un club muy exclusivo en las cercanías, del cual eran socios varios de mis tíos, y donde la gente navegaba en veleros. De hecho, con el tiempo, mi papá también se compró uno. Y así como eso, fuimos a una librería.

Me acuerdo que era una librería gigante. O era enorme para mis 10 años. Creo que era una sede del Ateneo, pero no estoy segura. Lo más similar que he visto, es la  Ghandi, sede principal, del DF en México. Ahí, mi papá me dijo “Katinita, saca todos los libros que quieras, yo voy a ir a mirar también. Cuando termines, me dices y ahí vemos cuáles te llevas” y me dejó instalada…

Por otra parte, en mi colegio, en ese tiempo, era muy frecuente que tuviéramos que hacer  un “exposé”, o sea, una disertación. Estos “exposé” eran sobre un tema de “éveil”, éveil significa despertar en francés. O sea, eran sobre cosas del universo. Eran onda, ¿Cómo los pájaros pueden volar? ¿Porqué la Capilla Sixtina se considera maravillosa? ¿Cuándo empezó el universo? etc. Entonces, yo busqué libros para hacer exposés, de cosas que me interesaran.

Como yo siempre quería saber todo, igual que ahora, elegí muchos libros de diversas materias. Sobre el mar y la fauna marina, sobre la luna y sus fases y cráteres, sobre el cuerpo humano, sobre el interior de la tierra, etc. La cosa es que debo haber elegido como 40. Al cabo de varias horas, mi papá me dijo “ a ver”….

Y entonces él alzaba cada libro –grandes, de colores- y decía “este sí, este sí, este sí, este no”. Y así. De los 40 me debe haber comprado como 35. De modo que llegué con todo eso a mi casa.

En mi casa, había una salita donde estaba el mueble con los libros de la familia. Yo llegué con un montón que había que poner en alguna parte…. Tema.

Entonces, me las ingenié para sacar algunos (inventé criterios de qué dejar y qué guardar y cómo dejar y cómo guardar). Hasta que logré armar espacios. Luego, tuve que inventar un modo de clasificar los libros. ¿Por materia afín? Pero, resulta que tenían tamaños tan disímiles…

Después de varias pruebas, logré encontrar una manera. Hice espacio en el mueble, y en virtud de eso, seleccioné mis libros y los organicé de la mejor manera posible (afinidades) y dentro de eso, por tamaño, para que se viera lindo.

(Cabe mencionar que los leí todo, e hice varios exposé con eso. De esos libros, aprendí que el mar de la tranquilidad estaba en la luna, que el centro de la tierra se llama magma, y que los animales marinos habitaban en capas según temperatura del agua y posibilidades de alimento).

Pasó el tiempo y de mi casa de Vitacura con mi mamá,  me fui a vivir con mi papá a la casa de La Reina y luego al Arrayán. En todas había una sección especial para los libros, pero en la montaña ese espacio era una pieza grande, con hartos muebles. Y la encargada de clasificar, etiquetar, organizar, TODOS los papeles y libros de la casa siempre fui yo. Supongo que eso lo aprendí casi por ósmosis por ese viaje a Mendoza.

Y resulta que hace como 4 meses y algo, empecé a editar unos textos para el web site de una empresa. Al hacerlo, me percaté de problemas estructurales y ofrecí asesoría. Lo hice.

Luego, una gran persona con una gran empresa, me pidió ayuda para armar su web site, yo obviamente le podía ayudar a pensarlo no más… Claro, yo entonces pensaba en un “no más”, y también  funcionó. Y con ella había que editar y construir textos, y organizar toda esa información. 

Y esta persona amó lo que yo hacía con ella y me recomendó a otra empresaria y a ella  tambiénle fascinó mi trabajo (claro, si además le hice coaching, ja) y entonces me asocié con unos arquitectos y todo ha dio in creccendo. Y así, tengo 3 empresas como clientes más una en sociedad, todo casi de repente.

Y cuando le conté a mi amigo qué hacía, y que me encantaba y que estaba construyendo un aporte sustantivo a estas personas. Que les ayudaba a editar todo su contenido, a clarificar qué hacían, a organizar las cosas.

Y que me miraban como si yo fuera un mago, que lograba de alguna manera develar el alma oculta, decir en palabras simples aquello exacto que ellos querían decir, y con lo cual se sienten representados y se quieren presentar.

Y yo siento que TODOS mis años de estudios, de libros, de charlas de miles de temas, de museos, de cine, todo confluye y vale la pena: es una verdadera ayuda al prójimo, y se me hincha el pecho de puro saber que yo fui parte de eso.

Y entonces mi amigo me dice que yo hago “Arquitectura de la Información”. Y respondo que no. Que eso es tecnológico, dado lo que yo sabía al respecto. Pero él insiste. Entonces averiguo mucho en la web, y llego a un documento que dice algo y parece que sí… pregunto a algunas personas que sé que saben, y la respuesta es unánime, sí, esto es lo que yo hago.

Desde entonces estoy leyendo más, para saber qué partes hago y cuáles no pero deben hacerse, cómo, quienes, cuánto (tiempo y dinero). También he preguntado N, con mucha suerte, porque me responden, por mail y en persona, como me gusta a mí. Tengo ganas de armar un equipo súper pro para hacer esto, porque en esto, siento que sale lo mejor de mí.

Es súper raro, porque me pasa lo contrario que me pasaba cuando estudiaba Arquitectura (de verdad). Ahí, yo miraba atónita a mis compañeros que dominaban la física para diseñar soluciones constructivas que yo ni en sueños hubiera podido imaginar…

Ellos eran potenciales excelentes arquitectos, y de hecho, lo fueron. Mis amigos, esos amigos, hoy son profesionales de máxima excelencia a nivel internacional. Yo no. Yo era una potencial arquitecto menos que del montón. Me miré al espejo un día recuerdo, y como la bruja de blanca nieves, me enojé con mi reflejo que me decía la verdad : yo no era la más hermosa del reino…

LLoré, patalée, hice un plan de acción, pero igual que en el cuento, la manzana envenenada no hizo efecto… Y tuve que aceptar la cruda verdad, yo no tenía los dedos para el piano que requería mi ambición arquitectónica. Y me superó tener tanta claridad de mis limitaciones, o más bien de la genialidad de otros, que aunque yo me esforzara, jamás alcanzaría… Y dejé la carrera en la que me pensé siempre.

Me acuerdo que estaba perdida… Pero apareció Estética y me salvó del abismo. La amé, eso había sido inventado para mí. Luego el master y ahora universidad de nuevo, pero Estética era lo mío. Curioso, la Arquitectura de la Información, es mucho más Estética que Arquitectura, de hecho es pura Estética, aunque los que la ejerzan no lo sepan. Yo que estudié las dos cosas, lo sé.

He estado en esto en forma bien interesada, leyendo, y me he dado cuenta que es importante empezar por editar el contenido. Porque, igual que a mis 10 años, las categorías que inventé fueron en función de los libros que había comprado, o sea de lo que efectivamente tenía y me interesaba (por ejemplo, no compre ningún libro de cocina, por ende, no existió la categoría “cocina” en mi mueble. La única manera de saber eso, es conocer y tener claridad cabal de qué se quiere subir a la web).

Hoy realicé un documento muy acucioso sobre la estructura de lo que hay que hacer y en qué orden desde la concepción hasta el seguimiento del web site (aunque podría ser para cualquier producto en verdad, aunque en la web la diferencia es MUY significatva). Lo hice para poder comentarlo con un experto en esta área, que amablemente me dio su tiempo.

Él me dijo que le encantó mi documento, que era muy completo y muy minucioso. Yo sentí otra vez como una luz del cielo que me iluminaba, una especie de voz que decía “convéncete, estás en el buen camino, esto es en verdad o tuyo”.

Le conté a él porqué esa metodología, cómo había nacido todo, y recordé la historia de Mendoza…. Y que entonces, desde mi perspectiva, lejos la mejor opción de inicio de una re-estructuración o construcción de un sitio web, parte con un documento guía de objetivos, y demás, y continúa con una edición completa y muy exhaustiva del contenido.

(De hecho, le comenté, que pensé en un closet de mujer lleno, donde una encuentra que no tiene nada, pues… esta blusa está manchada, este pantalón requiere basta, para esta falda no tengo zapatos, etc. O sea, claro, en rigor, no hay nada usable… Si primero saco la mancha, hago la basta y compro zapatos o me deshago de la falda, con todo eso veo cuántas cosas tengo, si hay espacio suficiente en el closet o no, si no si debo regalar cosa so hacer otro closet, y ver qué me falta en verdad… O sea, con el contenido editado, clasificar y organizar es MUCHO más fácil…. y eficiente).

Después de esa reunión, fui a una charla de Michel Laborde sobre la identidad en el Observatorio de Lastarria. Tan interesante las tertulias ahí siempre. Estaba Santiago Elordi, Lafourcade, Cazús Zegers, la tía Aura, pura gente top.

Michel dice en una de esas “los exportadores requieren reforzar la imagen país pues, por ejemplo, el kiwi de New Zeland se vende 5 veces más caro que el chileno, y son iguales. Eso es por la incapacidad del chileno de construir una identidad y traducirla en una imagen país”. Quedé pensando…

Es justamente eso lo que yo ayuda a hacer, des-cubrir la identidad de cada empresa a través de develar el alma de las personas que las dirigen. Sin identidad, el producto no brilla….

Entonces, al venirme en el metro tras con todo eso en el cuerpo… hoy, pensé que todas las estructuras que estudié, todas las matemáticas, toda la semiología, toda la lingüística, todo el cine que vi y que analicé y enseñé, todo lo que leí, todo lo que trabajé en coaching, que mi tesis de master haya sido la identidad y los medios y el espacio público, el hecho de haber ido a un colegio cosmopolita y bilingüe, haber viajado harto, todas las investigaciones, las becas, los proyectos ganados y postulados, etc. Todo eso confluye y hace que yo para esto mire al espejito, y esta vez el de la pared me de la respuesta que yo quiero: “Sí, mi reina, eres la mejor de todas” Y me encanta.

Imagen: http://usuarios.lycos.es/peggyjum1/index.html

2 commentaires:

Anonyme a dit…

ya era hora que se diera cuenta. Feliz Primavera!!

lparrag a dit…

me alegra mucho saber que te estan saliendo las cosas bien y sobre todo que encontraste una actividad que te gusta..sigue adelante y que todo salga ok.
saludos

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